La conducción constituye
otro de los elementos importantes de la Institución. Es evidente que el
Liderazgo de los que tienen a cargo esta función es determinante para el
éxito de toda gestión.
El liderazgo es
un proceso que tiene que tener en claro los intereses claros de la institución,
los objetivos que se proponen y sobre todo debe permitirse la incentivación del
grupo, tarea muy particular y que requiere de capacidad y la destreza necesaria.
Tarea que seguramente no es fácil y que determinan y apuntan al éxito o no, de
la Institución
Este liderazgo no
solo debe, sino que tiene que tener una adecuación a las etapas de ese equipo.
Mudar de un direccionamiento inicial si así el contexto lo requiere y la vez
marcando los lineamientos en un estilo de dirigente propiamente dicho, en post
de una participación efectiva, que debe darse con el correr del tiempo y cuando
los integrantes de la institución fueran tomando confianza en su proceder.
Todas las
actividades deben ejecutarse en forma coordinada, esta función le compete
inexorablemente al líder. La planificación debe apuntar al objetivo en común.
Esta coordinación debe ser efectiva y constituye uno de los parámetros más
difícil de llevar a cabo, por poco que parezca y se debe prestar mucha atención
al respecto.
La impronta del
líder marcara indefectiblemente una línea de la Institución, y será referida a
su tarea. Esta tarea seguramente contribuye al éxito o fracaso y tendrá la
impronta que marcará su acción actitudinal.
Liderazgo que
como dijimos no quiere decir que sea un universo unipersonal, sino precisamente
la calidad de su actuar sobre todo al conducir un equipo marcará esa gestión.
En Argentina pareciera ser que el individualismo de los “feudos”
institucionales ha sido una constante y por consiguiente una de las debilidades
a marcar.
Como dije antes,
las actitudes de incentivación deben integrar la cotidianidad del grupo para
que se logre las expectativas planteadas. Forma parte de ese liderazgo por lo
que se debe proponer llevar a cabo un proceso donde el interés de las
actividades se mantenga a lo largo del tiempo. La estrategia para ello debe ser
acorde al contexto y a la actividad propiamente dicha, también debe variar de
acuerdo al conjunto y la individualidad de cada integrante. Muchas veces he
planteado este concepto para incluso los entrenadores respecto a sus dirigidos,
sin embargo la calidad de este tipo de conceptos es difícil de lograr o bien forma parte de una estrategia para
lograr las metas, pero la capacitación en este sentido es marcadamente
insatisfecha.
Es simple en las actividades diarias que nos
mueven, en una sociedad la incentivación ayuda a construir metas y lograr el
camino para alcanzarlas y es precisamente este concepto al que tenemos
incorporado, sin embargo a la hora de hacer la trasferencia a este tipo de
actividades parece que resulta sumamente difícil o mejor dicho es difícil de
llevar a cabo. El lograr que este concepto sea transferido, forma parte también
del desafío y la incentivación misma, de todo líder.