martes, 23 de abril de 2019

OBJETIVO A TENER EN CUENTA POR LA DIRIGENCIA


…“Hay demasiado énfasis en el éxito y en el fracaso y muy poco en cómo la persona progresa a través del esfuerzo. Disfruta del viaje, disfruta cada momento y deja de preocuparte por la victoria y la derrota”…
Matt Biondi, nadador norteamericano

Objetivos olvidados

Aunque parezca obvio, no es menos importante señalar el motivo de las Instituciones deportivas, porque en este contexto social, por ahí los objetivos se confunden o se ven confundidos con otros… o simplemente las actitudes de los dirigentes hacen que se confunda el verdadero motivo y único fin de toda Institución deportiva: El atleta.
Son innumerables los motivos que me llevan a reafirmar este concepto: las condiciones y características de los eventos deportivos, las condiciones de desarrollo de una actividad y las formas de trato y comportamiento de innumerables actores, hacen que uno se ocupe de valorizar aquellos procesos que simplemente ven al atleta como el protagonista.
El respeto por los deportistas, es el principio irrefutable de toda la actividad dirigencial. A partir de allí nacen todos los objetivos que puedan ser enunciados y que constituye la premisa sin condiciones para el desarrollo de la actividad.
Puedo enumerar alguno de los conceptos que componen este principio, sin ánimo de generar un condicionamiento, puesto que toda actividad debe tener un feedback que hace que se enriquezca su quehacer.
Establecer las condiciones adecuadas para la práctica deportiva que corresponde.

Una coordinación correcta, efectiva y responsable de los procesos.

El establecer las condiciones de igualdad para la actividad.

El crear un marco seguro para su desarrollo.
El ser ecuánime y consiente de que debe “acompañar” los procesos y muy pocas veces ser el protagonista.

Defender los intereses de la actividad que representa, precisamente ser el verdadero interlocutor del estos intereses con el contexto que así lo requiera.

En definitiva, se podría estar enunciando un sin número de “responsabilidades” del dirigente deportivo siempre y cuando se tenga siempre presente que, los verdaderos protagonistas y actores son los atletas
Afirmo esto porque es común, infortunadamente ver que no es así, observo que los objetivos de la terea dirigencial no se adecuan a esta idea, o bien cumplen con objetivos en forma parcial.
Por un lado, cierto personalismo parece ser moneda corriente, exaltando la figura del dirigente como protagonista de los procesos, cuando en realidad los procesos exitosos son una consecuencia de un trabajo conjunto donde lo define el deportista.
El dirigente, de vez en cuando, se monta en la idea que su tarea trasciende el deporte en si, asimilando una idea que no lleva a buen puerto. Aquí hay que puntualizar una vez más la actitud que representa los medios como aliados para que esto ocurra.
Por otro lado se atenta contra los objetivos de establecer las condiciones óptimas para realizar el deporte al dejar de lado, o simplemente no tener en cuenta cuestiones básicas para la práctica en forma adecuada. Forma parte de esta idea el desinterés o la motivación tan buscada en los procesos o simplemente negligencia, vaya a saber porque.
Es ciertamente que la práctica se ve afectada o simplemente se corre el riesgo de afectar seriamente el desarrollo del bien común en una actitud que no corresponde, ciertamente estos objetivos planteados constituyen el elemento fundamental de los procesos deportivos y para mí era importante marcarlos a pesar que pareciera una obviedad.
Brindo por aquellos dirigentes que pasan desapercibidos en desarrollos exitosos del deporte.

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