…“Hay
demasiado énfasis en el éxito y en el fracaso y muy poco en cómo la persona
progresa a través del esfuerzo. Disfruta del viaje, disfruta cada momento y
deja de preocuparte por la victoria y la derrota”…
Matt Biondi, nadador
norteamericano
Objetivos
olvidados
Aunque parezca obvio, no es
menos importante señalar el motivo de las Instituciones deportivas, porque en
este contexto social, por ahí los objetivos se confunden o se ven confundidos
con otros… o simplemente las actitudes de los dirigentes hacen que se confunda
el verdadero motivo y único fin de toda Institución deportiva: El atleta.
Son innumerables los motivos
que me llevan a reafirmar este concepto: las condiciones y características de
los eventos deportivos, las condiciones de desarrollo de una actividad y las
formas de trato y comportamiento de innumerables actores, hacen que uno se
ocupe de valorizar aquellos procesos que simplemente ven al atleta como el
protagonista.
El respeto por los
deportistas, es el principio irrefutable de toda la actividad dirigencial. A
partir de allí nacen todos los objetivos que puedan ser enunciados y que
constituye la premisa sin condiciones para el desarrollo de la actividad.
Puedo enumerar alguno de los conceptos
que componen este principio, sin ánimo de generar un condicionamiento, puesto
que toda actividad debe tener un feedback que hace que se enriquezca su
quehacer.
Establecer las condiciones
adecuadas para la práctica deportiva que corresponde.
Una coordinación correcta,
efectiva y responsable de los procesos.
El establecer las condiciones
de igualdad para la actividad.
El crear un marco seguro para
su desarrollo.
El ser ecuánime y consiente
de que debe “acompañar” los procesos y muy pocas veces ser el protagonista.
Defender los intereses de la
actividad que representa, precisamente ser el verdadero interlocutor del estos
intereses con el contexto que así lo requiera.
En definitiva, se podría
estar enunciando un sin número de “responsabilidades” del dirigente deportivo
siempre y cuando se tenga siempre presente que, los verdaderos protagonistas y
actores son los atletas
Afirmo esto porque es común,
infortunadamente ver que no es así, observo que los objetivos de la terea
dirigencial no se adecuan a esta idea, o bien cumplen con objetivos en forma
parcial.
Por un lado, cierto
personalismo parece ser moneda corriente, exaltando la figura del dirigente
como protagonista de los procesos, cuando en realidad los procesos exitosos son
una consecuencia de un trabajo conjunto donde lo define el deportista.
El dirigente, de vez en
cuando, se monta en la idea que su tarea trasciende el deporte en si,
asimilando una idea que no lleva a buen puerto. Aquí hay que puntualizar una
vez más la actitud que representa los medios como aliados para que esto ocurra.
Por otro lado se atenta
contra los objetivos de establecer las condiciones óptimas para realizar el
deporte al dejar de lado, o simplemente no tener en cuenta cuestiones básicas
para la práctica en forma adecuada. Forma parte de esta idea el desinterés o la
motivación tan buscada en los procesos o simplemente negligencia, vaya a saber
porque.
Es ciertamente que la
práctica se ve afectada o simplemente se corre el riesgo de afectar seriamente
el desarrollo del bien común en una actitud que no corresponde, ciertamente
estos objetivos planteados constituyen el elemento fundamental de los procesos
deportivos y para mí era importante marcarlos a pesar que pareciera una
obviedad.
Brindo por aquellos
dirigentes que pasan desapercibidos en desarrollos exitosos del deporte.