Resaltar el papel
de la educación en este proceso del deporte amateur es importante hacerlo de una manera categórica.
Indefectiblemente debemos mirar el
desarrollo deportivo que se alcanza, ligado a al desarrollo de la Educación
Universitaria.
En Rio 2016 los resultados
fueron categóricos, en el equipo Francés de los 92
estudiantes-atletas presentes dentro de la delegación francesa, 25 han ganado
una medalla olímpica, el caso de Canadá 16 atletas de la CEI (Canadiense Interuniversitario Sport), ganaron
medallas en los Juegos Olímpicos. Pero el caso más sorprendente es
el de Australia donde de las 82 medallas obtenidas por ese país los
estudiantes atletas fueron responsables de 61% de las medallas totales ganadas.
Evidentemente el reservorio para el poderío
deportivo de estos países es el deporte Universitario. Acompañado con una
política de proteger el desarrollo de los deportistas a través de un sistema de
becas y actitudes especiales hacia la actividad deportiva.
En Argentina , al tomar como ejemplo una de las Universidades mas importantes del país como el caso de
Córdoba demuestra que los espacios educativos en su mayoría no acompañan ese
desarrollo deportivo, vaya a saber porque esta condición tan valorada en los países
desarrollados aquí tiene muy poco asidero.
El camino del deportista amateur que tiene una direccionalidad basada en esfuerzos familiares se ven truncados al llegar a la etapa universitaria, perdiendo innumerables talentos que no llegan a puerto, las expectativas y los intereses no son acompañados, desgraciadamente, por el camino académico.
Basta mirar los espacios
curriculares de las Instituciones educativas para darse cuenta de esto. Las
clases de “educación física” ocupan un lugar importante en todos los programas
escolares pero llevados a la práctica evidentemente no es exitoso el resultado
obtenido. Y mas aún la capacitación de los que tienen que ejecutar ese desarrollo
es inconsistente. Quiero hacer un paralelismo
con lo que representa el deporte en si, porque van ligados con el desarrollo de la idea del deporte
como parámetro socio cultural.
Aunque es valido reconocer que la Federación del Deporte Universitario y las competencias a nivel local e internacional han producido una mejora sustancial en esta etapa, sin embargo la insuficiente capacitación de los actores involucrados y las políticas no acompañan lo suficiente para mejorar el sistema.
Aunque es necesario subrayarlo, no todo esta perdido, se observa que el deporte universitario, antes inexistente, ha ido mejorando paulatinamente, prueba de ello es su impacto en las redes sociales por parte de los jóvenes en relación a competencias como los JUR, que hace que se alimente nuevamente las expectativas para obtener las mejoras necesarias para su desarrollo.
Me causo placer al descubrir en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, un stand que incorporaba el debate de la necesidad de fortalecer el Deporte Universitario y los innumerables esfuerzos que se realizan por un conjunto de personas para llevar adelante el deporte en esta etapa.
Creo que en estos comienzos el fortalecimiento debe ir en la direccion de capacitar a las personas involucradas e incorporar a mas iniciativas, para de esta manera mejorar la posibilidad de que la sociedad vea como efectivo al deporte como parte e integrador en la vida académica de los jóvenes
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